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Dentro de ti hay un héroe que emprende cada día los retos cotidianos del vivir. La gran aventura de la existencia es apasionante y tú, como protagonista de esa historia, eres un ser único e irrepetible. Una persona con dones tan especiales y valiosos como la fuerza de voluntad, la inteligencia y los sentimientos. ¿Cómo desarrollar una mentalidad ganadora?

1. Desarrollar una mentalidad ganadora no implica vencer al rival sino establecer la base de la superación personal a partir de ti mismo. El verdadero aprendizaje vital implica que tomes conciencia de aquello que has aprendido cada año y te ha enriquecido como persona.

2. Por otra parte, los héroes no son personas individualistas que se encierran en sí mismas para lograr el éxito a partir de su propia fortaleza. Los héroes son personas que reconocen su propio talento pero también, observan el de los demás. Por ello, viven la vida en armonía formando un equipo. Se rodean de buenos amigos con los que compartir los buenos momentos y las dificultades, cultivan las relaciones familiares como un motor existencial y potencian el compañerismo en el trabajo. Es decir, la inteligencia emocional del equipo suma valor frente a la soledad.

3. Existen vivencias muy humanas que pueden ser un freno a la mentalidad ganadora. Por ejemplo, las decepciones personales, los fracasos experimentados, la envidia… son sentimientos que te ponen a la defensiva con la propia vida. Sin embargo, cuando tu mente pierda energía recordando de un modo destructivo vivencias del pasado, cambia el foco de atención.

Es decir, decide de una forma consciente recordar momentos felices, situaciones de éxito y decisiones de las que te sientes orgulloso. Puedes elaborar una lista en tu diario emocional con diez momentos importantes de tu vida en los que te sentiste satisfecho contigo mismo. Consulta esta lista con frecuencia para recordar esas vivencias que forman parte de tu corazón.

4. El concepto de éxito es totalmente personal: ¿Qué significa para ti el triunfo? El verdadero éxito es aquel que potencia tu libertad y no te esclaviza. Este matiz es muy importante para no asociar el éxito con el dinero, por ejemplo. Del mismo modo, es esencial no asociar el triunfo con el prestigio social.

Cuando pones tu valor en algo ajeno a ti mismo, entonces, estableces una relación de dependencia. El verdadero triunfo es sentir la paz interior que surge de vivir en armonía con los valores y creencias. Ser una buena persona es un objetivo de vida que es como una semilla que también produce frutos en el plano profesional.

5. Tener una mentalidad ganadora también implica tener expectativas ajustadas a la realidad. Por ejemplo, no puedes exigirte el mismo resultado en una disciplina vocacional para la que tienes un talento especial que en un ámbito que te resulta más difícil. Todo ser humano tiene fortalezas y áreas de mejora. Busca el modo de potenciar tus fortalezas y corregir tus defectos, asumiendo que la perfección no existe.

6. Aprovecha el tiempo de verdad, analizando este recurso como un don que tiene fecha de caducidad. Evita la tendencia de posponer decisiones para otro momento mejor. ¿Cómo lograr este objetivo? Comienza la jornada realizando esas gestiones que te suponen un esfuerzo especial. La recta final de año nos hace tomar conciencia de que el tiempo pasa a velocidad de vértigo: ¡No pongas tu felicidad a la espera!

7. Una persona puede ser una triunfadora incluso aunque no haya logrado algunos objetivos importantes. La verdadera satisfacción surge de haberlo intentado. Además, no te rindas ante el primer intento, potencia la creatividad en tu plan de acción.

8. Déjate sorprender por la vida. La existencia no se puede planificar al milímetro, por ello, también debes adaptarte al ritmo propio del vivir para aprovechar las oportunidades que surgen en el momento más inesperado. Existen puertas que se cierran y caminos que se abren. Existe un sentimiento que siempre late de fondo: la esperanza que surge de caminar hacia adelante, con el equipaje del pasado lleno de recuerdos, sentimientos y vivencias.

9. Cada día, al inicio de la jornada, puedes darte los buenos días a ti mismo con una frase llena de vitalidad. Te sugiero este mensaje: “Me merezco ser feliz”. Cuando interiorizamos de verdad que la felicidad es un derecho personal, entonces, empezamos a desplegar nuestras alas.

10. Celebra tus éxitos de verdad. La satisfacción personal por un logro importante debe de tener un valor atemporal. En ocasiones, no disfrutamos de un éxito por dar un valor excesivo a un fracaso concreto: ¿Qué persona de tu entorno más cercano es un referente de éxito para ti? Puedes potenciar el diálogo interpersonal para que a modo de mentor, esa persona pueda nutrirte con sus consejos de vida y con su orientación práctica.

Hacer un proceso de coaching es una excelente herramienta de ayuda para evitar el autoboicot en la consecución de tus objetivos, elaborar un plan de acción adecuado para alcanzar un punto concreto, específico y medible.

Por Maite Nicuesa Guelbenzu
Colaboradora de Crearte, doctora en filosofía, coach y experta en inteligencia emocional.

 

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